Augusta Emerita fue capital de la antigua Lusitania, fundada en el año 25 a.C. por el emperador romano Octavio Augusto para acoger a los soldados romanos jubilados de las legiones V y X. Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos.
Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar y cultural. En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de los pueblos bárbaros hasta el asentamiento de los visigodos que la hicieron capital de su reino durante los siglos VI y VII.
En el siglo VI destaca la figura del Obispo Mausona y el cristianismo se arraiga con fuerza. De esta fe popular da muestra la figura de la mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. En el año 713 el caudillo árabe Muza conquistó la ciudad.
A principio del siglo XIII, en 1230, las tropas cristinas del Alfonso IX conquistarán Mérida y la convertirán en sede del Priorato de San Marcos de León de la Orden de Santiago.
Será en época de los Reyes Católicos cuando la ciudad inicie una recuperación política gracias al apoyo del Maestre de Santiago, Don Alfonso de Cárdenas, defensor de la causa de Isabel la Católica.
La invasión francesa supondrá para Mérida, igual que para el resto de Extremadura, una lamentable pérdida de parte de su patrimonio histórico artístico.
Posteriormente, la situación como nudo ferroviario, convirtió a la ciudad en un núcleo industrial y de servicios en alza, contribuyendo a su desarrollo el interés por parte de arqueólogos e instituciones regionales y provinciales en sacar a la luz la inmensa riqueza arqueológica que se continúa descubriendo.
Estas circunstancias motivaron que el Conjunto Arqueológico fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1993.
De este modo cada periodo histórico ha dejado impresa su huella en edificios y monumentos que hoy en día suponen su gran riqueza arqueológica para disfrute de las actuales y venideras generaciones que visiten la ciudad.