En el entorno se extienden grandes dehesas, aunque en los últimos 50 años se han reducido notablemente en toda la zona, siendo poco a poco sustituida por los cultivos de regadío. No obstante, aún se conservan grandes extensiones de dehesas que bordean o se alternan con los terrenos de regadío, dando lugar a un complejo ecosistema de elevada biodiversidad.
Las aves son, sin lugar a dudas, uno de los principales atractivos del Parque, han sido inventariadas más de 185 especies. De ellas, al menos 80 permanecen todo el año en la zona, más de 50 son invernantes, 34 son estivales y 20 pueden verse sólo en paso migratorio.
El Parque cuenta entre sus equipamientos con un Centro de Interpretación que ha sido diseñado dando prioridad a los dos elementos más representativos del Parque Periurbano de Conservación y Ocio: las grullas y la dehesa. Se han construido 3 observatorios para la observación de las grullas en sus desplazamientos diarios y especialmente para contemplar la llegada a los dormideros desde los comederos en las dehesas y rastrojos.
El albergue está gestionado por el Ayuntamiento de Navalvillar de Pela y sirve de base para visitar más a fondo la zona y sus grandes recursos naturales a lo largo de todo el año.
Cuenta con 3 habitaciones de 27 plazas en total y 2 chozos tradicionales de 10 plazas cada uno (47 plazas en total). También cuenta entre sus instalaciones con un comedor, servicios y duchas con agua caliente y además de con un horno de leña. Todas las instalaciones están adaptadas para minusválidos.
Las dehesas presentan un aprovechamiento ganadero mayoritario, destacando el pastoreo con ovejas merinas y vacas, existiendo varias explotaciones dedicadas a la cría de una raza autóctona, la vaca retinta. Muchas de estas dehesas ganaderas mantienen también zonas con cultivos de cereal destinado a la alimentación del ganado, coincidiendo generalmente con parcelas con baja densidad de arbolado.
Algunas explotaciones también se dedican a la cría del cerdo ibérico, aprovechando la bellota de las dehesas para aumentar la calidad del producto final. La bellota, por tanto, es uno de los recursos más importantes de la dehesa durante el invierno, ya que constituye la base de la alimentación de las especies ganaderas (cerdos, ovejas y vacas). Algunas dehesas son arrendadas por los ganaderos trashumantes, trayendo sus vacas desde los pastaderos del norte hasta aquí para aprovechar las bellotas.